Después de 6 meses de trabajo colectivo, capacitaciones, investigación, acción y creación colectiva; pudimos sentir el calor de la sororidad entre tejedoras. Estamos a punto de dar la puntada final de este proyecto, puntada que no cierra, por el contrario, extiende el tejido para continuar articuladas y empoderadas por la defensa de la naturaleza, de nuestros territorios, de una vida libre y participativa de las mujeres y generar cambios sociales.

Entre la diversidad de las tejedoras no solo estaba la diversidad étnica y cultural que caracteriza nuestro territorio colombiano, también había mujeres de todas las edades, la más joven fue Eva María Matías indígena Zenú de 15 años y la más adulta, la mayora lideresa de Soacha, Priscila Riascos qué próximamente cumplirá 80 años llena de vigor y vida. Para todas fue una experiencia bella y sentida poder compartir de tú a tú. El día jueves estuvimos en las instalaciones de la organización anfitriona del evento, la Organización Campesina de Antioquía, ACA, y allí estuvimos en juntanza preparando las intervenciones que tendrían lugar el día siguiente.

El viernes nos dimos cita en el Museo Casa de la Memoria para instalar nuestro encuentro nacional. Recibimos el alentador saludo de la embajadora de Canadá Marianick Tremblay que resaltó nuestro tejido político y nos motiva para continuar generando impactos positivos en la toma de decisiones de cada uno de nuestros territorios. Las voces de las mujeres y la creatividad del resultado artístico, llenó de color y vida el lugar, cada proceso plasmó en un biombo la afectación ambiental trabajada y las propuestas que desde la visión de las mujeres se proponen para transformar y mitigar los problemas socioambientales.


En la tarde con las compañeras de Vamos Mujer (Medellín) conversamos acerca de universo que enmarca el concepto y práctica del Ecofeminismo y jugamos la escalera socioambiental de las mujeres. Es una herramienta didáctica y pedagógica que permitió expresar el acumulado del trabajo desarrollado por las 8 organizaciones en los 12 territorios afectados. El día fue corto para tanto que se quería decir, para tanto que queríamos compartir y para tanto que queríamos mostrar, pero nos llevamos los aprendizajes, las nuevas amistades y la fortaleza del tejido de las mujeres por la gobernanza ambiental y territorial.

El sábado fue nuestra despedida, evaluamos y proyectamos caminos, cantamos, nos abrazamos y nos fortalecimos porque las mujeres somos como las aguas, cuando nos juntamos y fluimos juntas, crecemos, nos oxigenamos. Ahora las mujeres se preparan en cada uno de sus territorios para preparar la última socialización del proyecto y devolver a la comunidad el resultado del arduo y bello trabajo para la defensa de la vida.
